La industria vive un momento de máxima exigencia. Con la presión constante por innovar, digitalizar procesos, ajustar márgenes y crecer internacionalmente, muchas empresas invierten en tecnología... pero no obtienen los resultados esperados.
El problema no suele estar en las herramientas, sino en cómo se lidera el cambio, cómo se estructura el proceso comercial y cómo se trabaja en equipo.