¿Por qué nos cuesta tanto cambiar? Impacto de la Inteligencia Artificial (IA) en nuestra mente
El cambio es algo necesario pero que se enfrenta generalmente a una fuerte resistencia. La IA ha activado esa resistencia en muchas personas.
Desde que el óvulo y el espermatozoide se juntan, el cambio es lo que acaba dando lugar a una vida.
Y a partir de ahí no paramos en ningún momento de cambiar, tanto a nivel físico como a nivel mental.
Sin embargo, en general, cambiar nos cuesta mucho. ¿Por qué ocurre esto?
Existe una explicación neurocientífica bastante plausible. Estamos preparados para sobrevivir. Es nuestro objetivo primordial. Y nuestro cerebro posee unos centinelas que no descansan, están siempre alerta a cualquier amenaza.
Me estoy refiriendo a las amígdalas, responsables de la detección de cualquier amenaza real o potencial y de activar la respuesta neurofisiológica a ese peligro.
Así, cuando en el día a día de cada uno aparece algo que en principio no comprendemos y que puede suponer un peligro, como podría ser percibida la inteligencia artificial (IA), nuestras amígdalas activan la alarma, nos hacen reaccionar frente a ese cambio que no acabamos de entender, que pensamos puede ser perjudicial para nuestro estatus, para nuestro puesto de trabajo, etc.
La consecuencia de esa activación es la común respuesta a cualquier otro miedo y junto a las conocidas huir o luchar, aparece la quizás menos conocida paralización, muy utilizada en el ámbito laboral.
Huimos de la inteligencia artificial cuando la ignoramos, dejando de lado que es una revolución inevitable e imparable. Luchamos contra ella cuando nos rebelamos contra su utilización, a pesar de que sepamos que se va a usar sí o sí. Pero la reacción que creo que es más perniciosa para nosotros es la paralización.
Nos paralizamos cuando no afrontamos la realidad de su presencia, hoy en día, en todos los aspectos de nuestra vida, en especial en la vida laboral. Hacemos como el avestruz, metemos la cabeza en un hoyo y esperamos que la “moda” pase. Pero la “moda” no va a pasar…
A otra escala, hace no mucho tiempo nos pasó lo mismo con la transformación digital de los trabajos y de la vida cotidiana. Y hoy ya sabemos la implantación que la tecnología tiene en nuestras vidas.
¿Qué podemos hacer?
La forma más eficaz de afrontar los miedos, las preocupaciones, la incertidumbre de un sistema nuevo, es afrontarlo.
¿Cómo?
Incorporando la IA en nuestras vidas. Es la única manera que tenemos de evitar que nos pase por encima y nos aplaste. Para algunos será sólo una herramienta más, para otros, cambiará completamente su forma de trabajar. Pero todos tenemos que conocer su aportación y tenemos que intentar sacar el fruto que sea adecuado para nosotros, cada uno a su nivel y con la intensidad que sea adecuada.
En general, la forma que tiene nuestro cerebro de regular la reacción huir-luchar-paralizarse es, bajo las instrucciones del córtex prefrontal, analizar el peligro, ver qué parte es real y qué parte no, qué podemos utilizar, qué tenemos que hacer diferente y qué podemos ignorar porque no nos afecta. Esto es uno de los mecanismos que utilizamos en la regulación emocional.
La inteligencia artificial ha venido para quedarse, por lo que lo más importante parece ser que la analicemos, veamos para qué nos puede servir e incorporemos lo que podamos en nuestra labor diaria.
Es decir, que seamos resilientes y aprendamos de las dificultades que se nos presentan en la vida.
Desde transForma Partnering hemos colaborado ya con grandes organizaciones en dos sentidos. Por un lado, hemos ayudado a identificar, departamento a departamento, qué les puede aportar la inteligencia artificial y en qué procesos tiene más sentido incorporarla ya, y cómo pueden organizarse. Por otro lado, también en diversas organizaciones, hemos aportado conocimientos y reforzado las habilidades directivas en comités de dirección y grupos clave de mandos intermedios para ayudar a desarrollar la Inteligencia Emocional, necesaria tanto para aplicar de una forma eficaz los cambios de la IA, como para gestionar la emocionalidad que este cambio está produciendo en las personas de las organizaciones.
En conclusión, el cambio es algo que genera preocupaciones en muchas personas y la inquietud por implantación de la IA está en pleno apogeo en este momento. Deberíamos actuar para incorporar a la IA, la respuesta neurocientífica más adecuada. Para ello es necesario ayudar a personas clave de nuestros equipos a conocer mejor el impacto de la IA en cada ámbito de trabajo y ayudarles a utilizar el mejor neuroliderazgo posible que ayude a las personas del equipo a gestionar sus emociones, a ser más resilientes.
Luis Santamaria– Psicólogo coach